23 de noviembre de 2012

Dónde.

Personas a los dos lados de la carretera, andando, tranquilos, por la acera. No van solos, llevan compañía. Así charlan, pasan el rato y se olvidan de todo. Se dan cuenta de que si la vida te da dos palos, lo que hay que hacer, es comérsela con mil sonrisas. Porque las sonrisas duelen.
Bien, eso era antes, pero, ¿y ahora? ¿Dónde quedaron las conversaciones mientras caminas con un familiar: tu padre, madre o abuela? ¿Dónde quedaron los ''Abuelo, cuéntame cómo era la gente cuando tú tenías x años''? ¿Y los ''Seguro que todo va bien a partir de ahora, ¿no te das cuenta de que somos una familia?, ¿de que juntos podemos con todo?''? ¿Dónde ha quedado todo eso? ¿Y el salir a la calle, de compras, o simplemente a tomar el aire con tu madre? ¿Y contarle lo que has hecho en el día? ¿Y lo que te preocupa? ¿Y de lo que estás satisfecho?
Realmente sí, es 'molesto' saber que poco a poco hay más gente ignorante, gente que no quiere aprender de la vida, gente que no se interesa por el pasado o presente; por su propia familia.
Me da rabia ir por la calle y ver a una familia paseando, cada uno mirando para un lado, pensando en mil cosas que no comentan entre ellos.
Yo propongo que reflexionemos un poco, que hagamos cambiar la sociedad. Una sola persona no puede hacer nada, pero, ¿una más otra, más otra, más otra, más otra, y así hasta cientos y miles? Pueden mover montañas.

18 de agosto de 2012

.

Cuando pienses que no hay ninguna razón por la que respirar, por la que alzar la mirada, por la que seguir luchando, sólo tienes que pensar que nada es imposible, que rendirse es de cobardes y tú no te lo puedes permitir, así que lucha hasta que realmente ya no haya nada por lo que seguir. No te vengas abajo, estarás más cerca del suelo y habrían más posibilidades de caer. Apóyate en los que quieres, si es por ti, ellos no van a caer... Esto es un mundo muy grande, así que si te vienes abajo, antes caerás y menos tiempo tendrás para descubrir lo demás.

Me siento...

Como una hoja seca que se cae del árbol. Ésa que siempre pareció fuerte y hermosa.
Una vez en el suelo deja de ser hermosa. Parece frágil. Se puede comprobar. La cogen y la sueltan como si no tuviera vida.
Una vez en el suelo nada hecho anteriormente tiene importancia, ni siquiera algo de sentido. Parece basura, es más, la tratan como tal.
Lo que nadie sabe es que esta hoja nunca fue hermosa, y mucho menos sería fuerte, sólo lo aparentaba. Siempre fue una hoja frágil, y con sólo tocarla se destrozaba por dentro, se escondía, aunque por fuera seguía aparentando ser fuerte y no cambiar de color para evitar romperse.

25 de junio de 2012

Sonreír vs Sangrar.

Andando por las calles veo que todos sonríen, me parece extraño. Me paro a pensar y es mejor que siga andando. Trato de observarlos fijamente, uno a uno, y me doy cuenta... son sonrisas, pero sonrisas que sangran. El hecho de estar jodido y sonreír al mundo, disimularlo como si te hicieran cosquillas, demostrar que lo vas a superar con creces, y que aunque estés muriéndote, estarás callado, para no hacer que se preocupen los que realmente pueden ser felices y sonreír sin sangrar.

24 de junio de 2012

Y así.

A veces observo gente que se ahoga en un vaso de agua, gente que a la más mínima tira la toalla, y aún así, esperan llegar alto; conseguir una meta. La meta de la vida es vivirla, sin vivir no llegaremos a nada. Creemos que no, pero de alguna manera conseguimos sacar fuerzas de donde pensábamos que había un gran vacío. Es impresionante cómo conseguimos superar diferentes obstáculos que te llegan un día sin esperar nada. Pienso, que las personas que lo pasan realmente mal son las que están calladas, las que aunque le pregunten dicen que están bien, y siempre te sonríen como si estuviera pasando algo agradable a su alrededor. Aprendamos a conformarnos con lo que la vida nos da, porque al igual que te lo da, de un día para otro, te lo quita. 

12 de junio de 2012

Thoughts.

Me cuesta pensar que fui tan tonta. Odio recordar cómo te creí. Si algo has demostrado es que tonto no eres, y que sabes jugar y seleccionar las armas correctas. Dicen que no hay dos sin tres; como no va a haber tercera vez, ninguna sirve, es una etapa vacía. Sigo pensando en aquellos momentos, pero pienso más fuerte en cómo eres y se me pasa. Me caracterizo por eso; ser buena y que me la claven doblada. El futuro estaba escrito; no me mereces.

11 de junio de 2012

Sensación de indecisión.

Me siento insegura, pero segura; incapaz, pero capaz; débil, pero fuerte; tonta, pero lista.
La inseguridad me recorre como si de ella dependiera mi cuerpo. La inseguridad choca con la seguridad de saber que ellos me rodean. Incapaz de vencer al miedo y a la vez capaz de seguir luchando con más fuerzas que el primer día. Débil, por venirme abajo, a la vez fuerte por no derrumbarme antes los que lo quieren. Tonta por no actuar como debería, lista por ser yo y nunca perder la esperanza de que alguien venga y me llene de fuerzas como a menudo sueño.
Si algo tengo claro, es que nunca me daré por vencida.

Esto no es un juego.

Vacío que corre por dentro. Se aviva y relaja por momentos. No entiendo. Pasamos de estar bien a vaciarnos y rápidamente volver a llenarnos con sólo oír esa palabra.
Los sentimientos cambian como si quisieran jugar con nosotros, y los cercanos a nosotros son las fichas que utilizan; el arma de fuego. Esas fichas tienen caducidad, sus corazones juegan y se agotan; actúa la paciencia.
Es hora de pararlo todo, tu mente lucha con el corazón y los sentimientos, donde al final, sale la conclusión de qué hacer; no los quieres perder. Esto ya no es un juego porque juegan sentimientos.

16 de mayo de 2012

La verdad duele.

Caminas solo. Tu compañera en el camino es la Soledad. Pasas tanto tiempo con ella, que la escuchas, la sientes y te duele. Duele verla.
Ver a las personas derrochar felicidad es tu único objetivo aun si tu estás mal. Al menos tienes a Soledad. Soledad empezando en mayúscula, como si de una persona se tratase, pues siempre ha estado y nunca me ha dejado sola. Ella es fiel. Más que las personas.
Los seres humanos tenemos el don de hacernos malas personas los unos a los otros; somos los peores seres vivos. Desmiéntelo cuando veas dos animales de la misma familia jodiéndose. NUNCA.

Sensación de soledad, de sufrimiento.

Intentar mejorar, pero no progresar; se quedó en un intento más. Lo vuelves a intentar, te convences, te consuelas, te regañas, piensas, te hablas, te levantas, te caes; nada cuadra, todo corre hacia atrás. Pero en un momento te vas por dentro, vuelves a reflexionar y sabes que rendirse no es de ganadores, pero volver a intentarlo es de luchadores.

6 de mayo de 2012

Susurros.

Oyes voces susurrando lo mal que lo haces. Intentas convencerte de que tienes que aguantar, porque es lo que toca. Demuestras tu más, pero te das cuenta de que no es suficiente. Apoyas, ríes, descansas, atiendes, intentas, caes, te levantas... Lo has probado todo. Nada funciona. Te sientes cansado de hacerte el fuerte, es más, lo ves estúpido, pues sabes que un día no muy lejos, acabarás muerto. Te acabas dando por vencido. Dos personas vienen en tu busca, pero en daño está causado. Cosas parecidas les han pasado, pero no iguales. Todo lo que te digan te alegra en el fondo, pero no hacen esfumarse las palabras que grabadas se han quedado.
PD: Que las personas que quieres te recuerden día a día tus defectos, acaba derrumbándote a la larga.

1 de mayo de 2012

Pruebas.

'Toma, seca eso'. -me dice mientras me da un trapo mojado.
No saber qué hacer en esa situación. Tú miras el trapo, el trapo te mira a ti, pero no piensas en secar el cubo. ¿Quién iba a decir que se puede secar algo con un trapo mojado? Se ve imposible. Aún así coges el trapo y lo secas como puedes.
Esto explica la situación en la que a veces, quieren que cambiemos algo en nosotros pero no ayudan con su actitud; no nos dan el utensilio que se requiere para ello. Aun así, sacamos la fuerza de donde pensábamos que no había, y conseguimos cambiar algo. Es increíble la capacidad que tienen las personas de lograr hacer ver la luz, cuando al principio del camino, te veías solo y estaba oscuro.

8 de abril de 2012

Días.

Estábamos desesperadas. Los segundos pasaban y allí no llegaba nadie. Sentadas en un muro en frente del parque, hablábamos haciendo tiempo.
Pasaron unos minutos y al fin los vimos. Eran tres. Entre ellos estaba él.
Fuimos todos juntos a sentarnos un poco más arriba. Mientras andábamos me cogió la mano. Al llegar arriba, Carla, mi amiga, sacó la cámara y empezaron a echarse fotos todos, yo preferí quedarme sentada. Él se dio cuenta y se sentó conmigo diciéndole a Carla que nos echara una foto. En ese momento me limité a mirar a la cámara, y agarrarle la mano impidiendo su huida. Mis piernas temblaban como si experimentaran una experiencia nueva.
Decidimos ir a unos bancos más alejados. Todos iban haciendo tonterías menos nosotros. Nosotros hablábamos. Se cruzaban miradas, sonrisas, caricias, te quieros...
Al llegar a los bancos donde había un parque, quisieron ir a una calle desde donde se veía toda la ciudad. Por el camino no hacía más que susurrarme al oído que me quería y que estaba preciosa. Me daba besos en la mejilla. También me cantaba a trozos nuestra canción.
Yo estaba bloqueada, no imaginé que podía llegar a decirme tales cosas, y menos sabiendo como son los chicos. Él era diferente.
Nos pusimos por delante de todos y me dijo que parara de andar.
-Ey, mírame. -dijo mientras se me acercaba cada vez más.
Lo miré, y viendo sus intenciones le puse la mejilla otra vez. En mi cabeza daba vueltas lo tonta que fui al hacer eso. Tenía ganas, pero el miedo se apoderaba de mí fácilmente.
Lo intentó varias veces, pero yo seguía sin acceder. Por dentro me arrepentía, pero ya era incapaz de hacer otra cosa.
-Eres una niña súper difícil, pero eso te hace especial y diferente.
Al llegar a aquella calle, todos nos apoyamos en una valla verde. Él me cogió por detrás y me giró para que lo mirara. Volvió a intentar besarme. Me volví a negar. Se dio cuenta.
-¿Por qué me apartas la cara? -me dijo sonriendo.
En ese momento, me dejé llevar. Lo miré sonriendo y lo besé.
Nuestros amigos miraban y él soltó un '¡Ahora volvemos!' y nos alejamos un poco de ellos. Besos y más besos. Me regaló su collar. Collar que aún conservo.
Son días de los que me acuerdo bastante, y a veces, echo de menos. Sé que no lo olvidaré jamás.

23 de marzo de 2012

Son sueños.

Fui la última en salir del tren en el que había estado metida tantas horas sólo por verle. Llegué, estaba perdida en aquel lugar. No sabía para dónde tirar, pues acababa de llegar. Yo no conocía eso. Era nuevo todo. Esperé a que la gente saliera de la estación. Llamé a un taxi, para que me llevara a cualquier sitio para dormir, él no sabía que iba a verle. Quise que fuera una sorpresa.
Una vez montada en el taxi, el taxista me preguntó a dónde me quería dirigir exactamente, lo que abrió una conversación que se acercaba a ser un cuestionario.
-¿Hacia dónde la dirijo, señorita?
-Ah, es cierto, no se lo he dicho... Verás, es que... no sé exactamente a dónde quiero ir.
-Pero señorita, entonces, ¿a dónde la llevo? ¿Para qué ha llamado si ni siquiera usted sabe a dónde va? Es que no entiendo a las jóvenes de ahora.
-Señor... no era mi intención enfadarlo, lo siento, de veras.
-No se preocupe, no debería haberme puesto así, tampoco sé por qué razón está aquí, lo siento yo, señorita. ¿A qué especie de sitio quiere ir?
-Me serviría cualquier hotel para quedarme una noche, al día siguiente iré a ver a mi chico.
-Está bien, le llevaré al hotel Marina Blanca, no es demasiado caro y sus instalaciones son geniales. La calidad de limpieza y comodidad es extrema, se lo aseguro.
-Está bien, gracias.
Desde ese momento hasta que llegamos no hablamos nada.
Cuando llegamos, le pagué lo que me había costado el trayecto desde la estación y le pedí perdón por lo antes ocurrido, a lo que él contestó:
-No es nada, uno ya es viejo y ha vivido cosas peores. No se preocupe y suerte con su chico. Buenas noches.
Llegué a la recepción del hotel, pedí habitación y, afortunadamente, habían habitaciones libres.
Pasé la noche y a la mañana siguiente me vestí como un rayo. En la barriga tenía algo. Sería el típico dolor de nervios, o eso pensé. Recogí mis cosas y me fui del hotel. Llamé a un taxi, y al subirme le enseñé al taxista -que esta vez era joven- un folio donde llevaba escrita la dirección de Ben. Ben se llamaba. Tenía nombre bonito.
Llegué al edificio donde vivía Ben y toqué al timbre. Vi como la puerta se abría poco a poco. Le vi el flequillo y...
*Tirirí ririrí ririrí *
Me levanté y apagué la alarma del móvil. Pensé e intenté recordar qué había pasado. Claro, había sido un sueño. Odio los sueños, pero a la vez me encantan. Me encantan porque son películas que ves mientras duermes; pero a la vez los odio porque me deja con las ganas de que pase lo que he soñado. En este caso, hasta con las ganas de tener un Ben por el que levantarme y sonreír cada mañana.

.

'Es ella, es ella'- frase que se te mete en la cabeza. 
Miles de impresiones te vienen a la mente, sin saber qué son exactamente. Dudas estar bien en ese sitio, pero entiendes que es lo que ha tocado esta vez. A ellos los seguirás viendo, gracias a Dios. Son mi apoyo, mi revolución. Son la carne de mi uña. 

Fíjate.

Dicen que eres un niño aún. Que eres pequeño. Que ya te darás cuenta de todo. Pero claro, hablan sin saber cómo estás, cómo has pasado el día, en qué has pensado, qué cosa ocupa tu cabeza en el momento...
Siempre pensando en ellos nos echan las cosas en cara, nos hacen sentir menos. Y la impotencia que siento a mirar a esa gente es grande. Mucho. Como ver que hacen daño a alguien que quieres y no poder hacer nada, o simplemente ver cómo te afecta lo que te dicen diariamente y tener que callarte la boca. Quiero cambiar esto pronto.

21 de marzo de 2012

Paredes.

Aquí te quieren dos personas contadas. DOS. El dos es un número pequeño; te sobran tres dedos de una mano. Pensando llegamos a la conclusión de que da pena que te cruces con tanta gente que en un principio crees que merecen la pena, pero que si te giras oyes las puñaladas. Está claro que lo mejor que puedes hacer es cerrar los ojos y esconderte en tus recuerdos, que son cajas oscuras; cuatro paredes que lo repiten todo haciendo eco; cuatro paredes que lo conocen todo sobre ti; cuatro paredes que duelen. Esa sensación de meterte en la oscura habitación de lo que un día pensabas que estaba olvidado es... es... es.

Todos vs Tú.

Todos contra uno, creyendo que pueden con él, pero en un momento todo se para y da la vuelta. Los niños se vuelven grandes, impidiendo la palabra de aquellos que saben sobre esto en lo que vivimos; vida. Vida dicen que se llama. También dicen que es bella... no lo creo.
'Te queda mucho por vivir y pasar', 'Aún no lo has vivido todo, no sabes nada'- dicen las sombras que pasan por el lado rozando la irrealidad.
'No sabes lo que dices', 'Te la vas a cargar'- frases que se oyen a montones, como si hablaran a ratones.
Creo que no sé nada. Sólo sé que para vivir lo que he vivido, quiero irme rápido, cambiar de rutina, conocer a los que verdaderamente me quieran y vivir así feliz. Pero sé que es difícil, imposible, por tanto, me quedo así hasta que todo acabe, que no sé si será pronto.

La realidad.

Aire. Olvido. Somos eso. Somos el aire que pasa de un lado a otro sin conseguir nada. Aire que un día quedará en el olvido de todo un universo. Un universo pequeño, dos o incluso tres personas, no más, pero siempre universo formado por esos corazones que siempre miraron por tu lado.

12 de enero de 2012

Happy things.

Que un simple animal te saque el tiempo perdido en todo el día y las sonrisas que faltaban es una sensación realmente genial.