23 de noviembre de 2012

Dónde.

Personas a los dos lados de la carretera, andando, tranquilos, por la acera. No van solos, llevan compañía. Así charlan, pasan el rato y se olvidan de todo. Se dan cuenta de que si la vida te da dos palos, lo que hay que hacer, es comérsela con mil sonrisas. Porque las sonrisas duelen.
Bien, eso era antes, pero, ¿y ahora? ¿Dónde quedaron las conversaciones mientras caminas con un familiar: tu padre, madre o abuela? ¿Dónde quedaron los ''Abuelo, cuéntame cómo era la gente cuando tú tenías x años''? ¿Y los ''Seguro que todo va bien a partir de ahora, ¿no te das cuenta de que somos una familia?, ¿de que juntos podemos con todo?''? ¿Dónde ha quedado todo eso? ¿Y el salir a la calle, de compras, o simplemente a tomar el aire con tu madre? ¿Y contarle lo que has hecho en el día? ¿Y lo que te preocupa? ¿Y de lo que estás satisfecho?
Realmente sí, es 'molesto' saber que poco a poco hay más gente ignorante, gente que no quiere aprender de la vida, gente que no se interesa por el pasado o presente; por su propia familia.
Me da rabia ir por la calle y ver a una familia paseando, cada uno mirando para un lado, pensando en mil cosas que no comentan entre ellos.
Yo propongo que reflexionemos un poco, que hagamos cambiar la sociedad. Una sola persona no puede hacer nada, pero, ¿una más otra, más otra, más otra, más otra, y así hasta cientos y miles? Pueden mover montañas.