11 de junio de 2012

Esto no es un juego.

Vacío que corre por dentro. Se aviva y relaja por momentos. No entiendo. Pasamos de estar bien a vaciarnos y rápidamente volver a llenarnos con sólo oír esa palabra.
Los sentimientos cambian como si quisieran jugar con nosotros, y los cercanos a nosotros son las fichas que utilizan; el arma de fuego. Esas fichas tienen caducidad, sus corazones juegan y se agotan; actúa la paciencia.
Es hora de pararlo todo, tu mente lucha con el corazón y los sentimientos, donde al final, sale la conclusión de qué hacer; no los quieres perder. Esto ya no es un juego porque juegan sentimientos.

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