21 de marzo de 2012

Paredes.

Aquí te quieren dos personas contadas. DOS. El dos es un número pequeño; te sobran tres dedos de una mano. Pensando llegamos a la conclusión de que da pena que te cruces con tanta gente que en un principio crees que merecen la pena, pero que si te giras oyes las puñaladas. Está claro que lo mejor que puedes hacer es cerrar los ojos y esconderte en tus recuerdos, que son cajas oscuras; cuatro paredes que lo repiten todo haciendo eco; cuatro paredes que lo conocen todo sobre ti; cuatro paredes que duelen. Esa sensación de meterte en la oscura habitación de lo que un día pensabas que estaba olvidado es... es... es.

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